Es justo en la actualidad cuando las diferencia deberían hacerse menos notarias, pero es mas común ver como la discriminación y la segregación hacia los grupos del colectivo LGBT se acrecienta día con día.
Sin duda es un gran avance lo que han hecho países como Argentina al crear un poco de conciencia y volver legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, y es que esto es algo fácil de entender pero la sociedad tiene memoria, y la memoria indica que esto no era así.
Es por ello que todos los días se lucha, pero también se pierde en el intento.

La aceptación no depende de otras personas, pero si influye, ya que esto se vuelve parte vital a la hora de gritar y decir y de querer sentir ya sin temor. La familia juega un papel importante, es el principal promotor que te mantiene en silencio.
La decisión depende de uno mismo, solo se requiere un poco de voluntad y fuerza, saber que habrá discriminación, desprecio, insultos, pero aun así, salir para vivir, explorar y sentir. Ser miembro de la comunidad LGBT no es un mal; hay que recordar que las cosas no son malas ni buenas, las cosas son y existen. Como saber que es correcto y que no, que es lo bueno y que es lo malo; eso se aprende en el transcurso de la vida, en el explorar y sentir.
Por ahora solo resta querer ser feliz, no pensar que se va a dañar, volar y vivir. Saber que existen oportunidades y asociaciones para una vida mejor. Es importante resaltar que el mundo tiene memoria, pero también hay que saber que es una sociedad cambiante, llena de nuevos empezares y oportunidades en puerta.
Ser LGBT no es malo, no es etiqueta, simplemente es un apoyo y un vivir. Saber que no estas solo, saber que la vida se mide por los momentos especiales, y por lo tanto aceptarte tal y como eres te hará formar esos momentos inolvidables que harán de la vida un mundo mejor para existir y vivir sin prejuicios ni escondiéndote.
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