Caminando
por la vida, sin pausa pero sin prisa me encontré a un ser especial, tan
especial a como lo es en mi vida. A veces cuando menos te imaginas que esa
persona puede llegar a tocar algo muy fondo dentro de ti, lo hace en un
instante o tal vez en ciertos momentos pero al final te toca de cualquier
forma.
La
vida está llena de momentos y ocasiones mágicas. Momentos que puede llegar a
ser las mejores en tu vida y es que cuando amas a alguien no importa que tanto
puedan hacer, lo importante es la intensidad con la que se vive.
Ha
pasado tanto, cosas lindas y cosas un poco desagradables y cuando te das cuenta
de ambas cosas empiezas a reconocer que la vida está destinada a ser un poco
equilibrada. Por lo que te da, te quita.
El
amor es magia, es placer, es humildad y decisión. Voluntad de recorrer con tus
dedos cada parte del alma de la persona amada. Tal vez nunca han entendido mi
punto en el amor. Tal vez sea muy exigente o complicado pero Dios o la vida
misma me dio las sensaciones de un amor diferente. Un amor desde el alma y con
el alma que no cualquiera puede entender.
Y
así fueron pasando los meses e incluso años… mientras reíamos en momentos
inolvidables uno era infiel y con eso el respeto se fue perdiendo. Cuando yo
amo, entrego todo, puede que sea mal lo que hago pero es una forma de decir,
“confió en ti con el alma”, de ahí uno decide si se aprecia ese gesto o solo se
toma para dañarse. Es cierto, cada quien crece con diferentes miradas en la
vida, pero eso no da el derecho de hacer sentir a esa persona que amas, lo que
tú has sentido.
El
alma se encuentra dañada. El amor se encuentra detenido y suspendido en el aire
como un ser humano flotando en el espacio infinito. Tan majestuoso es el amor y
tan brillante que cada quien lo entiende a como puede. Es la expresión y la
mejor carta de presentación del ser humano ante la inmensidad de la vida.
Algo
que se y que aún estoy seguro es que no es fácil ya desprenderme de este amor
que siento por ti. Mi alma hoy se encuentra sincera y frágil y solo al verte,
mi cuerpo se revoluciona y puedo observar locura en mi ser.
Es
algo extraño pues a pesar de todo sigo sintiendo algo por ti y no sé qué tan
bueno sea eso. Quisiera entender lo que siento, encontrar una explicación, pero
aunque dicen que el amor es una decisión también es notorio darse cuenta que es
un sentimiento que te lleva a no desprenderte.
Se
desintegra… si… con el tiempo. Todo pasa y cambia. “Y cuando siento que no
existe nada más que hacer que huir de aquí, me aferro a continuar por ti”.
No
quiero decir que el amor se acabó, sería tan doloroso y radical. Mi alma no
quiere desprenderse de la tuya pero al ver que ambos estamos estancados y
dolidos y ver que no se actúa ahora, en el presente, que es el momento vital…
desanima.
Entender
lo que se hizo en el pasado… ya lo hago. E incluso puede que ya no importe si
se hace o no. En estas últimas semanas he estado aprendiendo sobre el amor con
Dios; es diferente pero sincero. En el cual no se espera nada. Solo un poco de
amor. Solo amor. El amor de pareja puede ser eterno pero si ambas partes así lo
desean. Yo lo deseo… aunque duela. El amor a veces duele y es que estas
lágrimas que hoy ruedan por mis mejillas son para purificar el alma. Son
lágrimas que desean con el alma abrazar y creer. Lágrimas de mi sentir.
Lágrimas de que me importa este momento. Y en tan solo un segundo el río puede
secarse y dejar de fluir.
Hace
años estaba sentado. No buscaba el amor, lo dejaba fluir entre mi cuerpo como
el aire que roza sin permiso la piel. Llegaste a encender la llama que había en
mí. Me hiciste desear tus abrazos, tus besos, tu cuerpo. Anhelar tu mirada, tu
voz, tu tiempo. Tu alma y amor. Es cierto. Tal vez este joven para saber lo que
deseo para el resto de mi vida pero cuando estas seguro de algo, la misma ley
puede quedar derogada frente a la inmensidad del amor.
Hoy
deseo el amor. Deseo tu sonrisa, deseo ser feliz. Es inevitable. Pero saber que
el interés de tu parte de buscarme y verme se está perdiendo, me dice que algo
pasa. Tal vez estoy delirando, tal vez no. Solo sé que cuando se ama se lucha.
Hoy mis latidos gritan fuerte tu nombre. No soy perfecto, pero lo que tengo es
amor por entregar. Amor desde acá, desde el alma.
Richie
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